Religión o Verdad

Artículo de Guillermo Herrera, con acotaciones de Jorge Olguín.

Guillermo: Este antiguo ensayo mío se lo he enviado a uno de mis lectores con quien polemizo, y se me ha ocurrido compartirlo también con todos ustedes:
Pienso que la Verdad es evanescencia y la Mentira, persistencia.

Entonces, la Verdad es Aquello que no puede persistir.  Algo que entra en la existencia en el momento de la creación y existe mientras es creado.  Lo que se desvanece cuando se deja de crear. Esta cualidad se llama evanescencia. Y sin embargo, la Verdad es Aquello que funciona.

Olguín: Creo humildemente que la Verdad persiste siempre, pues es la Esencia del Universo y depende de nosotros mantenerla viva. La Verdad es la que exalta nuestro Espíritu, la que Eleva nuestra consciencia. Por el contrario, la mentira es fría, programada...

Guillermo: La mentira podría ser definida como Aquello que no funciona, pero que tiene la cualidad de la persistencia. Aquello que persiste después de haber sido creado. Lo que no se desvanece cuando se deja de crear. Esta cualidad se llama persistencia.

Olguín: Al igual que el enunciado anterior, también depende de nosotros que la mentira persista o se desvanezca en el mar de la sinceridad. La mentira persiste en boca de aquellos que la utilizan como herramienta de especulación...

Guillermo: Hay quien dice que la validez de un sistema espiritual se demuestra por su persistencia a lo largo de los siglos. Son los llamados tradicionalistas. Buscan solidez y persistencia, es decir, verdades prefabricadas, porque "doctores tiene la Iglesia", y se horrorizan ante el riesgo y la aventura de cuestionar a la autoridad religiosa de investigar por su cuenta y riesgo las muchas américas que quedan por descubrir en el campo de la mente y del espíritu, de buscar las respuestas por uno mismo, de no comulgar con ninguna tradición por muy venerable que ésta sea. Pues bien, yo he descubierto justamente lo contrario, que la persistencia no es una característica de la Verdad sino de la mentira. La Verdad es evanescente, es decir, que se desvanece cuando se deja de crear, mientras que la mentira es sólida y persistente como una piedra, es decir, que permanace después de haber sido creada. Tanto es así que en el campo de la Psicología, cuando un terapeuta quiere descubrir los autoengaños de su paciente basta con investigar sus persistencias.  La verdad de Jesús desapareció cuando se fue y dejó de crearla. Lo que queda es otra cosa. La verdad de Buda desapareció cuando desencarnó; lo que queda es otra cosa. La verdad de Milarepa desapareció cuando se fue; lo que queda es otra cosa.  Esa "otra cosa" se llama religión, es decir, un sustituto de la Verdad, una caricatura de la misma que produciría risa si no fuera a veces tan agresiva con la libertad de las personas. Esta caricatura de la Verdad conduce al integrismo o fundamentalismo por su propia naturaleza. Precisamente el que la Verdad de Jesús, Buda o Milarepa haya desaparecido es la prueba de que realmente era auténtica. Por ello dice el Zen, "si encuentras a Buda mátalo". Es decir, que la idea de Buda como concepto es una persistencia, mientras que la Experiencia Búdica o Nirvana es la extinción de todas las persistencias, entre las cuales la persistencia más profunda es la del propio sentido del ego. Dicho de otro modo, "no se puede beber vino nuevo en odres viejos" una de las frases de la manipulada Biblia. Yo hablo de vino nuevo, no de vino rancio.

Olguín: Comparto esos conceptos, pero el problema de esas mentiras no pasa por su persistencia, sino por la manipulación de las Palabras de Amor de Jesús y los Sutras de Desapego de Sidartha, manipulación realizada por los supuestos "doctores" para sumergir a los feligreses en una gris ignorancia y seguir sometiéndolos a un Poder que no tiene nada que ver con la Enseñanza original de estos hombres de Luz.

Guillermo: Es cierto. Fíjate que la Verdad de la que hablo es Algo Vivo y por lo tanto tiene las cualidades de la Vida que son el nacimiento, el crecimiento, la decadencia y la muerte. Lo único que no muere es lo que ya está muerto, como la estatua de un santo. Sólo lo que está vivo tiene la capacidad de vivir y morir. Es como la danza de Shiva, creación y destrucción al mismo tiempo. Algo terrible para los seres humanos amantes de la solidez y de la permanencia, pero fascinante al tiempo como la vida misma. Tan importante es saber crear como saber desarrollar y descrear, saber nacer como saber crecer y morir, porque todo tiene su tiempo en la Vida. La filosofía budista de la Impermanencia se parece a lo que digo, pero hablo desde la frescura de mi propio descubrimiento, no desde el dogma acartonado de una religión.

Olguín: La Impermanencia habla del Sabio desapego... pero recuerda que con la Permanencia se puede prestar Servicio, que es la base del Crecimiento espiritual.

Guillermo: Cuando renunciamos a nuestra independencia y al uso del discernimiento para convertirnos en marionetas de otra persona, por muy maestro que ésta sea, simplemente estamos renunciando a nuestra dignidad como seres humanos. Los mayores malentendidos, enfrentamientos y fanatismos de la humanidad se producen en los campos de la religión, la política y el sexo. A lo largo de la historia de la humanidad, en nombre de la religión, se ha asesinado a más gente que en ningún otro nombre. Esto ha ocurrido sobre todo en las religiones mediterráneas, las llamadas "del libro", que están basadas en la Revelación: Judaísmo, Cristianismo e Islam. Pero no ha ocurrido tanto en las religiones asiáticas que están basadas en la Iluminación como el Hinduismo, el Budismo, el Taoísmo, el Jainismo, etc. Allí no ha existido algo parecido a una cruzada sangrienta o a una "santa inquisición". No tienen las manos tan manchadas de sangre, aunque también hayan tenido sus conflictos.  Todas las religiones tienen grandes verdades, pero también grandes mentiras.Para mí, religión es sinónimo de mentira oficialmente organizada y ritualizada basada en una interpretación literalista de sus escrituras en lugar de la interpretación poética y alegórica que hacen los místicos. Cuando una verdad se sustituye por un rito, que es una caricatura de dicha verdad, se funda una religión.

Olguín: Estoy de acuerdo... todo lo que se base en dogmas y doctrinas asfixia, oprime, no deja pensar, ahoga... que es justamente lo que quieren aquellos que lideran esas religiones... porque teniéndonos como marionetas es como pueden seguir sometiéndonos.

Guillermo: Lao Tse decía al respecto: "El hombre de virtud superior no tiene virtud, y por ello precisamente la posee. El hombre de virtud inferior se aferra a la virtud, y por ello precisamente carece de ella".

Olguín: ¡Porque esa supuesta virtud a la que se aferra el falso virtuoso es ego camouflado en virtud!

Guillermo: Continúa Lao Tse: "Tras la pérdida del Tao aparece la virtud; tras la pérdida de la virtud aparece la bondad; tras la pérdida de la bondad aparece la rectitud; tras la pérdida de la rectitud aparecen los ritos."

Olguín: Los ritos son inversamente proporcionales al raciocinio.

Guillermo: Otra definición de religión es el arte de no mirar. Cuando la gente mira al altar o al sacerdote, entonces se olvida de mirar dentro de sí misma, que es donde realmente está la clave de la liberación.

Olguín: La religión no solo enseña a no mirar... también a no pensar.

Guillermo: Para manipular crean misterios y eso es oscuridad. Todas las religiones están basadas en la existencia de intermediarios entre Dios y el devoto, interesados en manipular las conciencias de los fieles, pero lo que es peor, en el cultivo del misterio para atrapar la atención de sus devotos y dejarlos en estado de confusión. Cuando de niños nos hablaban del misterio de la Santísima Trinidad y preguntábamos por qué no nos explicaban dicho enigma, la respuesta era que es imposible conocerlo porque es un misterio. Pedíamos luz y nos daban oscuridad. El misterio puede definirse como un estado de conocimiento basado en el olvido del saber o como el pegamento que atrapa a los espíritus en las cosas.  Puede observarse que todas las religiones han utilizado el misterio como sistema para mantenerse y hasta la moderna publicidad o los políticos utilizan a veces el misterio para atrapar la atención. Cuando algunas personas no entienden lo que habla un político con sus frases enigmáticas, en lugar de darse cuenta de que las está manipulando tienden a pensar que el político debe ser muy inteligente y que uno debe ser muy tonto porque no se entera nada. Pensar así es caer en la trampa que nos han tendido.  La anatomía del misterio es impredicción, confusión y luego oscurecimiento total. Los seres que utilizan el misterio pretenden o fingen que hay algo que saber antes de llegar al misterio. Hacerse el misterioso o fingir que uno sabe algo que la otra persona no sabe es la manera más degradada de llamar la atención.

También puede calificarse al misterio de impostura científica, cuando se pretende rizar el rizo en lugar de ir a la clave del asunto. Muchos profesores de Universidad utilizan el misterio para ponerse muy por encima de sus alumnos y dejarlos en la confusión, lo cual supone una desinformación y una violación de la ética pedagógica. Los Maestros espirituales aman la sencillez y la llaneza del lenguaje a la hora de transmitir sus enseñanzas. Sólo los impostores se esconden detrás del misterio y la desinformación para ocultar su ignorancia. La clave de una buena comunicación es tener la habilidad de transmitir las verdades más profundas con las palabras más sencillas, como hacía Buda con sus Sutras o Jesús con sus parábolas.

Olguín: Transmitir incorporando el misterio es una forma más de sometimiento. Muchos religiosos han defendido el misterio, acotando que éste era una Verdad de fe inaccesible a la sola razón humana y que sólo podía conocerse por Revelación Divina. En realidad, durante muchos siglos nos han cerrado el Camino a la verdadera espiritualidad.

Guillermo: Sabemos que la religión no es espiritualidad. Cada día hay menos gente interesada en la religión y más gente interesada en la espiritualidad. Menos interesados en los dogmas de los teólogos y más interesados en las experiencias de los místicos. Hay que distinguir al teólogo del místico: El teólogo se limita a especular, a hacerse masturbaciones mentales o discusiones bizantinas, sobre lo que otros han dicho o han dejado de decir acerca de una supuesta revelación que él nunca ha experimentado personalmente, mientras que el místico habla de primera mano, de su experiencia personal y directa. La teología conduce al dogmatismo, al integrismo y a la interpretación literalista de los textos sagrados, salvo honrosas excepciones, mientras que la experiencia mística es lírica, poética, amorosa, tolerante y universal. Los místicos sólo tienen una religión: la Verdad, el Amor y la Libertad. Por eso los teólogos siempre han perseguido a los místicos y hasta los han asesinado. No podían tolerar el mensaje liberador de los iluminados, y sobre todo sentían una envidia terrible de los que se comunicaban con Dios sin intermediarios ni autoridades.  

Un místico no es capaz ni de matar a una mosca, sin embargo muchos místicos han sido asesinados por inquisidores criminales a lo largo de los siglos, mientras ellos morían ejecutados como unos benditos perdonando a sus verdugos.

Olguín: Un gran Místico fue Juan de la Cruz, que se salvó de la inquisición al haber trascendido por sus Escritos. Fíjate que había dos corrientes místicas importantes: la afectiva (franciscanos y agustinos) y la intelectual (dominicos y jesuitas). Juan de la Cruz superó dicha dualidad, creando una forma pura de formular una experiencia que reconocían inexpresable, acudiendo a símbolos, alegorías, comparaciones y antítesis, ampliando las dimensiones conceptuales de la Palabra con su ensayo "La Noche oscura del Alma", la obra lírica de mayor intensidad y belleza de ese siglo. Ten en cuenta que en una parte de la Obra habla de la Gula espiritual: Aquellos que, "engolosinados" por el camino espiritual, lo sobreactúan. Juan de la Cruz muestra en su Escrito a quienes viven en contínuo desequilibrio, matándose a penitencias y debilitándose a ayunos. Agrega que la Gula espiritual es soberbia y que todos los extremos son viciosos, transformando a los hombres en bestias.
Fíjate qué similar es el pensamiento de Juan de la Cruz al del Maestro Jesús, cuando éste decía: - "Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan" - aduciendo a la conducta fingida de devoción y virtud. Juan de la Cruz expresa: - "Muchos, queriendo ser Serviciales a Dios, solo llegan a serviles. Creen que en la mortificación está la perfección".
Nada más alejado de la religión tradicional es la forma de pensar de Juan de la Cruz. Su Verdad es la que enseñó Jesús dos mil años atrás. Mientras nos demos cuenta que esa Verdad nunca dejará de persistir, nuestra esperanza seguirá intacta.
Aprovecho, Guillermo, para agradecer públicamente tus comentarios

Atte: Jorge Olguín.

 

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