Tantra

 

 EL CLÍTORIS DURANTE LA RELACIÓN

 

A mediados de los ´90, cuando la red era menor, había un simpático pequeño grupo de personas llamado alt.sex.wizards. Era un lugar amigable, una comunidad virtual en la que cualquiera podía preguntar sobre sexo, y alguien -o varios- le responderían sinceramente y sin enjuiciarle. La mayoría, no todos, de los que planteaban preguntas eran adolescentes, pero como todo esto sucedía antes del clamor desorbitado para censurar materiales sexuales explícitos, no tenían problemas con ello. La mayoría, no todos, de los que contestaban las preguntas (los magos-wizards), tenían 40 años o más, la mayoría con hijos. Disfrutaban respondiendo las preguntas, incluso cuando eran las mismas una y otra vez. Había cinco mujeres maduras que respondían preguntas todos los días, acerca de orgasmos femeninos o si a las mujeres realmente les gustaba el sexo oral. Había casi el mismo número de hombres maduros que respondían día tras día a preguntas sobre orgasmos masculinos, sexo homosexual, y técnicas de masturbación. Entonces se inventó el spam. Pronto el grupo original fue invadido de anuncios tipo sexo telefónico o páginas porno en la red y sobrepasaron a las preguntas acerca de sexo. En unos pocos meses, la comunidad de magos se fue cada uno por su camino y muchos echaron de menos el sitio alt.sex.wizards. En su memoria, se ha resucitado algún material que apareció allí. No es de sexo sagrado per se, pero al igual que el artículo sobre el control masculino del orgasmo, se refiere a técnicas que cualquiera entrenado para mago querría conocer. 

Una chica escribió: "Nunca he tenido un orgasmo durante la relación. La relación es todavía placentera, pero nunca alcanzo ese punto. ¿Alguien ha hecho algo al respecto para alcanzar el orgasmo? Si lo han hecho y funciona, por favor, díganmelo para poder probarlo".
Y otra chica inquirió: "¿Me pueden decir -esta pregunta es para las mujeres- la forma más fácil para las parejas sobre como conseguir el orgasmo vaginal? He oído que la mayoría de las mujeres sólo los tienen después de haber estado con su pareja mucho tiempo... También he oído que ciertas posturas parecen conseguirlo más fácilmente. ¿Qué piensan de ello?

Una de las respuestas fue: "Asumiendo la verdad, que las mujeres se sacian a través de la estimulación de su clítoris (no usualmente logrado durante la relación), un pene entrando y saliendo,  tenga prepucio o no, no conseguirá el orgasmo vaginal. Punto. No importa el varón esté tres horas  o tres minutos antes de culminar la relación. Simplemente no logrará el orgasmo vaginal.  Primero, la mayoría sabe que el clítoris es el órgano análogo al pene en el hombre. Es el asiento para las sensaciones nerviosas conocidas como orgasmo... Pedirle a una mujer que tenga un orgasmo sin estimulación directa o contacto sobre su clítoris es exactamente lo mismo que pedirle a un hombre que tenga un orgasmo sin estimulación o contacto con el pene. PUEDE hacerse, pero tengan presente que no es corriente y puede no ser particularmente recompensante. El tubo de la vagina mismo tiene muy pocas terminaciones nerviosas estimulables sexualmente (aunque sí tiene terminaciones nerviosas que sienten la presión). Las terminaciones nerviosas de la vagina aumentan hacia la parte exterior de ella, y están más concentradas donde se curva hacia la apertura de la vulva y arriba hacia el clítoris. El tejido del escroto (no de los testículos) de un hombre está formado por tejido fetal análogo al de los labios vaginales menores en la mujer. La costura inferior en el medio del escroto es donde los labios se dividirían en una mujer. Las dos áreas tienen la misma presencia de terminaciones nerviosas, así que pedirle a una mujer que tenga un orgasmo por la sola estimulación de los labios de su vulva sería lo mismo que pedirle a un hombre que lo tenga estimulándose sólo su escroto. PUEDE hacerse, pero como se dijo antes, no es usual. La mayor parte de las mujeres alcanzan orgasmos mediante la fricción del clítoris contra el hueso púbico del hombre, mientras están enlazados en la relación, o a través de la estimulación del clítoris, mediante contacto manual u oral.

 

 

 

Pero Sigmund Freud, el descubridor del psicoanálisis, afirmaba que las mujeres que tuvieran orgasmos de clítoris eran infantiles. Opinaba que para ser verdaderamente madura, una mujer debería tener solamente orgasmos vaginales. Su teoría ha sido largamente desacreditada, psicológica y anatómicamente, pero aún algunas mujeres reportan orgasmos vaginales sin fricción del clítoris (. Para comprenderlo, deben comprender la forma en la que el clítoris está formado y cómo se lleva en el cuerpo. La mayoría de los hombres -y también demasiadas mujeres- piensan que el clítoris es un botón diminuto de carne sensitiva ubicado por encima de la vagina, al nivel de la base del hueso púbico en la mujer. Esto NO ES VERDAD. El clítoris es un tallo de tejido eréctil, construido igual que un pequeño pene, con una cabeza sexualmente sensitiva en su punta (el glande), justo igual que la cabeza de un pene pequeño. Viene equipado con un prepucio, al igual que un pene sin circuncidar, y durante la excitación sexual, el prepucio se retrae, exponiendo el glande del clítoris, el pequeño botón que la mayoría de la gente piensa que es el órgano completo. A diferencia del tallo del pene, que cuelga libremente, el tallo del clítoris reposa verticalmente a lo largo de la línea divisoria del cuerpo, cubierto y nunca visible, justo debajo de una capa de grasa y piel. La raíz del tallo del clítoris alcanza la vagina hacia abajo. Para imaginarlo mejor, recuerden que los labios vaginales son análogos al escroto y ahora piensen en la manera que la raíz y el tallo del pene emergen del área del escroto y visualizen la raíz y el tallo del clítoris (cubierto debajo de una capa de grasa y piel) emergiendo de la parte superior de los labios vaginales y terminando en el pequeño glande, que asoma por fuera de la piel. ¿Lo captaron?

 

 

 

 Pero la gran desventaja de tener el clítoris sujeto en un lugar bajo la piel es que la mujer tiene poca libertad de movimiento para la estimulación. Imaginen si el pene estuviera quirúrgicamente unido a la carne del abdomen, con solamente el glande libre en su punta y no hubiera forma de empujar adentro y afuera. Un hombre estaría a merced de la habilidad de su pareja o de su aceptación de su limitado margen de movimiento.  Tendría que restregar su cuerpo arriba y abajo a lo largo del cuerpo de su pareja para estimular el pene en la misma forma que ella lo hace con su hueso púbico (algunos hombres hacen esto cuando se masturban frotándose contra su colchón) o él habría de pedirle a ella que acariciara el glande de su pene de la forma que ella le pide a él que acaricie el glande de su clítoris. Parece como si las mujeres lo tuvieran duro. ¿No? ¿Como que lo tienen difícil para saciarse por causa de la posición fija del clítoris? ¡No es así! Hay una ventaja distinta en tener el clítoris fijo en un lugar: cualquier tirón hacia debajo de la piel que cubre la raíz y el tallo del clítoris es sentido directamente en el glande, y es tirado hacia abajo a través del prepucio. Así, la fricción del pene del hombre entrando y saliendo de la vagina puede, tirando y soltando la raíz y el tallo del clítoris, producir una estimulación indirecta en el glande del clítoris. Muchas mujeres son capaces de tener orgasmos como éste, aunque el proceso, siendo indirecto, puede tomar más tiempo que llegando al orgasmo mediante la fricción/estimulación directa del glande del clítoris.

 

 

 

Al no ver el clítoris completo bajo su cubierta de piel y grasa, muchas mujeres (y sus parejas masculinas) piensan que no han estimulado el clítoris (con lo que quieren decir el glande del clítoris) -cuando en realidad lo han hecho- y así llegan a la idea de que han alcanzado un orgasmo estrictamente vaginal. Hombres, imaginen ser masturbados por una mujer que sólo juegue con la raíz y el tallo de vuestro pene y con la piel del escroto, pero nunca toque la punta del mismo. ¿Llegarían fácilmente a la eyaculación? ¿O culminarían quizás después de un buen rato? ¿Sería posible, no? Lo que hubieran experimentado (lo llamaremos un orgasmo de tallo de pene), sería lo equivalente al orgasmo vaginal de Freud. ¿Piensan que esta forma de juego sexual sería tan placentero como el tener a tu pareja tocando o lamiendo la cabeza sensitiva de tu pene? ¿Sería tan placentero como deslizar el glande de tu pene dentro y fuera de su vagina caliente, blanda y húmeda? ¿Es la estimulación del tallo todo lo que desearían tener cada vez que hacen el amor? ¿Es la estimulación del tallo del clítoris todo lo que querrían que experimentara vuestra compañera cada vez que hacen el amor con vosotros? El orgasmo vaginal existe, como también el orgasmo del tallo del pene. Pero ninguno es buscado mucho por la mayoría de los hombres y mujeres. La mayoría busca la estimulación de los glandes del pene y del clítoris. Y eso es por lo que se recomienda que en el interés de la gloria conyugal, hombres y mujeres ignoren las admoniciones e instrucciones de "expertos" como Freud y sus seguidores, y hagan lo que a cada uno le guste más. Según reza un viejo refrán «Lo que es salsa para el ganso es salsa para la oca». Es decir, los hombres y las mujeres se parecen más de lo que se diferencian. O como dice el Maestro Jesús: «Haz a los demás lo que quisieras que te hicieran a tí». Esto es, dejen que el placer mutuo sea vuestro mejor y más sincero guía. Desafortunadamente, o es lo que parece, cuando el ridículo concepto de Freud del orgasmo puramente vaginal fue tirado a la papelera de la historia (¡Que le vaya bien!), lo sexólogos centraron su atención solamente en el clítoris. O para ser más exactos, en el GLANDE del clítoris. A los hombres se les enseña frotar y lamer el pequeño botón y asegurado esto, y sólo esto, satisfarían a sus parejas. A las mujeres se les enseñó -especialmente por unos pocos autores feministas rabiosos- que como era casi imposible para una mujer tener un orgasmo vaginal, el sexo de pareja ideal para una mujer sería el de ser masturbada o lamida. La fricción del pene dentro y fuera de la vagina, clamaban estos autores, era inútil cuando se trataba de estimular a una mujer hasta el clímax. Aunque esta noción -de que el sexo del pene-en-la-vagina rara vez lleva a la mujer al orgasmo- pueda ser verdad para algunas mujeres, NO lo es definitivamente para todas, o incluso la mayoría. Y para un determinado número de mujeres, los orgasmos más satisfactorios, los que son ENORMES y siguen y siguen, SÓLO ocurren durante el sexo del pene-en-la-vagina. ¿Qué hace una mujer para que el orgasmo del pene-en-la-vagina sea tan alcanzable -y adorable- para ella? ¡Pues alcanzar una postura cómoda para ella!   El clítoris es un órgano análogo al pene situado por encima de la abertura de la vagina. En la mayoría de las mujeres sólo su punta (el glande) está a la vista, y entonces sólo cuando uno retrae el prepucio clitorial o cuando el clítoris se erecciona emerge del prepucio. Internamente, el tallo clitorial tiene una pequeña inclinación. Si cortaran el cuerpo de una mujer de arriba a abajo en dos mitades iguales, el clítoris parecería como un pequeño dedo encorvado, del cual sólo la parte superior emerge del prepucio, o como un pequeño narciso que aún no se ha abierto y está inclinando su capullo hacia abajo y hacia fuera. El clítoris es flexible y eréctil. Durante la erección se alarga y su curvatura se endereza a una mayor o menor magnitud, dependiendo de la anatomía personal, hasta que alcanza el ángulo de un narciso abierto, aún apuntando hacia fuera, pero un poco menos hacia abajo. No sólo el clítoris es flexible, sino que su tallo está sujeto por unos pequeños ligamentos internos que le permiten moverse arriba y abajo en la línea media del cuerpo, raíz y todo. La raíz del tallo de este pequeño órgano se asienta, en la mayor parte de las mujeres, justo en la porción baja del hueso púbico, llamado el sínfisis en terminología médica. Volviendo a mirar el cuerpo desde el corte anterior, el sínfisis es un hueso oval. Su perfil está configurado como el de un balón de rugby puntiagudo, teniendo el eje largo más o menos de arriba a abajo, el tallo del clítoris situado en el ángulo recto respecto al eje del oval, y la curva clitorial partiendo de la punta del clítoris apuntando hacia afuera o abajo, dependiendo de la variación individual. Entre el hueso púbico y el clítoris hay una capa de grasa y músculo, una pequeña almohadilla para él. Los hombres también tienen un sínfisis o hueso púbico. El suyo está ubicado encima de la raíz de su pene, y también lo cubre una capa de músculo y grasa, acolchándolo. En la relación, si la pareja se ajustan bien en términos de tamaño y postura, la mujer se posicionará de manera que su clítoris se ubique entre su sínfisis y la de su compañero. Esto se llama cogida del clítoris. Entonces, al final de cada empuje del hombre hacia adentro, ella hará un giro de su pelvis hacia abajo y hacia afuera que presionará su clítoris firmemente entre los dos huesos y lo frotará hacia arriba. Eso se llama excursión clitorial. El efecto de la cogida clitorial y la excursión es mover el clítoris hacia abajo mientras entra el pene, y hacia arriba (bajo presión y fricción) al final del empuje del pene. Así, con cada empuje del pene, el glande del clítoris es frotado a lo largo del hueso púbico acolchado de su pareja. El empuje-fricción hacia arriba del clítoris -causado por el giro pélvico hacia abajo que ella hace al final del empuje hacia dentro del pene- es la más placentera de las dos direcciones. El alcance del empuje clitorial puede variar desde media pulgada a una pulgada y media, dependiendo del tamaño del clítoris, de cuánto se proyecta, cuán curvo es, y cuán ágil es la mujer moviendo su pelvis. Cualquier mujer que haga esto experimentará definitivamente la estimulación clitorial durante la relación. Una mujer en un estado normal de excitación bien entrenada en la cogida del clítoris y en la excursión puede alcanzar el orgasmo durante la relación con la misma vivacidad que con la masturbación, si quisiera. También puede aprender a controlar sus movimientos para prolongar la relación durante un largo tiempo, especialmente si su pareja está por cooperar. Moviendo sus nalgas hacia fuera y reduciendo la cogida clitorial, ella puede evitar culminar demasiado pronto mientras su pareja continua el empuje adentro y afuera. Si ella deseara que él se ralentizara mientras ella se acelera, puede indicar (mediante cualquiera de las formas de comunicación que la pareja use), que él debería acortar sus empujes durante unos momentos. La fricción reducida del pene a un empuje de unas dos pulgadas le evitará la eyaculación precoz, mientras le permitirá a ella experimentar un completo empuje de excursión clitorial de pulgada y media, llevándola cerca del orgasmo. Si desea verdadero control, debe ponerse sobre el hombre o tumbarse ambos de lado con las piernas de ella alrededor de él. Estas posiciones le permitirán el más completo margen de movimientos y compensarán ampliamente la menor longitud de su herramienta. Con la práctica, la estimulación clitorial completa durante la relación vaginal y el pausado orgasmo mutuo llegarán.

 

 

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